Pablo Palacios

Pablo Palacio (Loja, 25 de enero de 1906 - Guayaquil, 7 de enero de 1947) fue un escritor ecuatoriano, miembro del Grupo de Guayaquil. Es considerado uno de los autores más importantes de la literatura ecuatoriana del siglo XX.

 



Biografía:
 

Pablo Palacio nació en Loja en 1906. Hijo de Clementina Palacio y de José Palacio. A los seis años, su madre murió, y fue criado por sus tíos.

 

Desde muy joven, Palacio mostró tuvo interés por la literatura. A los 18 años, publicó su primer cuento, "El hombre muerto a puntapiés", en la revista El Telégrafo.

 

En 1925, publicó su primer libro de cuentos, El hombre muerto a puntapiés, que fue un éxito inmediato y la critica literaria le otorgo su reconocimiento.

 

En 1929, publicó su segunda novela, El tungsteno, que es considerada su obra maestra. Retrata la historia de un grupo de mineros que trabajan en una mina de tungsteno en la provincia de Loja.

 

En 1932, publicó su tercer libro de cuentos, Los gallinazos sin plumas, que es una de sus obras más conocidas. Narra la historia de unos niños que viven en la calle y se alimentan de los desperdicios de los gallinazos.

 

En 1947, Palacio murió repentinamente a los 41 años de edad.


Fragmento de la obra un hombre muerto a puntapiés

"Casi en el mismo instante, y a pocos metros de distancia, se abrió bruscamente una claridad sobre la calle. Apareció un hombre de alta estatura. Era el obrero que había pasado antes por Escobedo. Al ver a Ramírez se arrojó sobre él. Nuestro pobre hombre se quedó mirándolo, con ojos tan grandes y fijos como platos, tembloroso y mudo.
-¿Qué quiere usted, só, sucio?
Y le asestó un furioso puntapié en el estómago. Octavio Ramírez se desplomó, con un largo hipo doloroso. Epaminondas, así debió llamarse el obrero, al ver en tierra a aquel pícaro, consideró que era muy poco castigo un puntapié, y le propinó dos más, espléndidos y maravillosos en el género, sobre la larga nariz que le provocaba como una salchicha. ¡Cómo debieron sonar esos maravillosos puntapiés! Como el aplastarse de una naranja, arrojada vigorosamente sobre un muro; como el caer de un paraguas cuyas varillas chocan estremeciéndose; como el romperse de una nuez entre los dedos; ¡o mejor como el encuentro de otra recia suela de zapato contra otra nariz!
Así: ¡Chaj! ¡Chaj! con un gran espacio sabroso.
Y después: ¡cómo se encarnizaría Epaminondas, agitado por el instinto de perversidad que hace que los asesinos acribillen sus víctimas a puñaladas! ¡Ese instinto que presiona algunos dedos inocentes cada vez más, por puro juego, sobre los cuellos de los amigos hasta que queden amoratados y con los ojos encendidos!
¡Cómo batiría la suela del zapato de Epaminondas sobre la nariz de Octavio Ramírez!
¡Chaj! ¡Chaj! í vertiginosamente, ¡Chaj! en tanto que mil lucesitas, como agujas, cosían las tinieblas."

Opinión :
Es una descripción bastante gráfica y visceral de la violencia física, que genera una sensación de crueldad y brutalidad en el acto.

Datos bibliográficos:

Wikipedia contributors. (s/f-e). Pablo Palacio. Wikipedia, The Free Encyclopedia. https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Pablo_Palacio&oldid=156250896

Un hombre muerto a puntapiés (fragmento). (s/f). Epdlp.com. Recuperado el 29 de diciembre de 2023, de https://www.epdlp.com/texto.php?id2=1088



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